El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advierte que “las mujeres en América Latina y el Caribe enfrentan mayores riesgos ante el coronavirus”. Por los roles de género, absorben más carga de trabajo, lo que las expone más al contagio de la enfermedad, sin la adecuada protección salarial o social, asegura.
Esta crisis de salud, que se ha convertido también en económica y laboral, afecta a mujeres y hombres de manera diferente, apunta el organismo en la primera entrega de una serie de análisis sobre las implicaciones de la pandemia de Covid-19 para la población femenina.
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Saber los efectos que está teniendo esta enfermedad en las mujeres “es imprescindible para poner en práctica políticas e intervenciones que sean efectivas y equitativas”, explica.
En la región, 50% del personal de medicina y más del 80% de enfermería es mujer. Éste es el porcentaje más alto del mundo, señala el BID. En el caso de México, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) los porcentajes son de 41 y 82%, respectivamente.
Se les ve como personas que “cuidan y sanan, en el hospital y en la casa”, dice la economista Claudia Piras, autora de la investigación. Esos estereotipos de género “hacen de la salud una profesión socialmente aceptada para las mujeres”, pues la medicina y, sobre todo la enfermería, son vistas como “una extensión de la división de tareas en el hogar”.
Entonces, lo que resulta es que, sumando el total de personal de enfermería y medicina, hay más mujeres. Eso significa “que ellas enfrentan el mayor riesgo de contagio por su continua exposición al virus”, dice el BID.
A nivel regional, Costa Rica es el que tiene más proporción de enfermeros. Las mujeres representan más del 60% y los varones, menos del 40 por ciento. Paraguay es el único país con más médicas, ella son el 60% de ese personal.
En México, además, las enfermeras son quienes han sido más atacadas en esta emergencia sanitaria. Algunas personas piensan que pueden ser portadoras del virus por el trabajo que hacen, de cuidar a las personas que están enfermando.
Con un salario promedio de 9,900 pesos al mes, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) las enfermeras en México ganan menos de la mitad de las que trabajan en Chile e Italia, y cinco veces menos que las de Estados Unidos.
Desempleo e informalidad
Los roles de género también “limitan el tiempo disponible de las mujeres para participar en el mercado laboral y el tipo de trabajo que tienen”, apunta el BID.
Por lo tanto, en esta crisis son ellas quienes ya tenían las mayores tasas de desempleo, las que trabajan más en el sector informal y las que están –o estaban— ocupadas en los primeros puestos que se están perdiendo por esta pandemia.
En México, 45% de las mujeres son económicamente activas, mientras que en el caso de los hombres el porcentaje es de 77. La tasa de trabajadoras en el sector informal es de 57% y la de los varones, de 55%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con Claudia Piras, más mujeres que hombres tienen empleos a tiempo parcial, “por la necesidad de conciliar el trabajo remunerado y las responsabilidades familiares”.
También hay más mujeres laborando “sin ningún tipo de cobertura de seguridad social o protección de la legislación laboral”.
En la región, casi 40% de las trabajadoras está empleada en el comercio, restaurantes, hoteles y trabajo doméstico. “Estos son los sectores más afectados y los empleos menos protegidos en la crisis económica desatada por el coronavirus”.
Según el Observatorio del Trabajo Digno (OTD), en México la tasa de desempleo en las personas jóvenes es del doble de las personas adultas. Pero si se compara a mujeres jóvenes con hombres adultos, es casi seis veces más alta.
Doble o triple jornada
Además de que hay más mujeres atendiendo a pacientes con Covid-19, de que en los otros sectores laborales son las más desventajadas, “dentro del hogar, en todo el mundo, la mayor parte del trabajo no remunerado lo realizan” ellas y las niñas.
En América Latina las mujeres contribuyen, en promedio, con el 73% de las tareas del hogar y de cuidado, y los hombres con el 27% restante. En el caso de México, las mujeres aportan el 74%, según el BID.
“A modo de comparación, en Suecia la contribución de los hombres es del 44%, en Estados Unidos es del 38% y en China es del 39 por ciento”, detalla el organismo.
Este rol de trabajo de cuidados vuelve a colocar a las mujeres “en mayor riesgo de contagio”. El BID resalta el caso de México, donde las mujeres dedican 23 horas semanales al cuidado de familiares enfermos, versus 13 horas en el caso de los hombres.
Pero quienes no están atendiendo a un paciente en el hospital, o a un familiar enfermo en casa, lo hacen o con una pareja o con hijos. Ese trabajo no remunerado, que en México vale más del 23% del Producto Interno Bruto (PIB), se suma al que muchas están haciendo ya sea desde casa o fuera de ella de manera remunerada.